COMO RENOVARSE EN EL FUTBOL

Blog de futbolcontextualizado

Por Pedro Gómez (pedrogomez7@hotmail.com)

Dicen que el Águila, una de las aves de mayor longevidad, para poder alcanzar a vivir 70 años debe someterse a sus 40, a la toma de una difícil decisión, pues sus maltrechas uñas, alas envejecidas, plumas pesadas y pico alargado ya le impiden volar, cazar y alimentarse, razón por la cual, esta debe de elegir entre morir o enfrentarse a un doloroso y largo proceso de renovación.
No exento de dificultades y penurias, este proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y durante meses, y tras arrancarse su propio pico, uñas y plumas, esperar la renovación de sus desgastados y desfasados atributos, con el fin, y como si de un nuevo nacimiento se tratase, de vivir 30 años más.

“En un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces”. John H. Newman

Abandonar nuestra adorada zona de confort, emprender un nuevo vuelo de victoria, supone a veces, de manera innegociable, desprendernos de todos aquellos mitos, creencias, costumbres, tradiciones… que a modo de armas de caza para el águila, nos han acompañado a lo largo de nuestros años futbolísticos.
El tópico, entendido como “supuesta verdad” expresada con cierta frecuencia ante determinadas circunstancias, hace también referencia a algo superficial, no profundo…..y por qué no decirlo, en muchos casos, poco reflexionado, apenas cuestionado.
Si el cambio en este complejo contexto es ley de vida, cualquiera que sólo mire a su pasado y presente sin recapacitar sobre ellos, estará dando, irremisiblemente, la espalda a su futuro, la bienvenida a sus limitaciones. “Considerar que los límites de nuestro poder de percepción son los límites de todo lo que se puede percibir, es un error muy habitual” (Leadbeater,CW).
Y es que el ser humano sigue padeciendo el gran defecto de la comodidad, del ya creer saberlo todo, del bucear entre tópicos no replanteados… y claro, esto en un mundo en el que constantemente descubrimos nuevas realidades, a la postre, acaba por salpicar y lastrar nuestras actuaciones.
A lo que yo les pregunto a mis queridos amigos futboleros…
¿Cuánto de cierto hay en los archiconocidos e indestructibles “Supuestos Patrones de ejecución técnica eficaz”?, ¿Tenemos plenas garantías de que las correcciones gestuales que hacemos a nuestros jugadores tienen un sustento de eficacia real?, ¿Cómo nos atrevemos a interrumpir la construcción personal de un jugador sin tan siquiera pararnos a pensar que es lo que a él más le conviene?
¿Prohibirías los golpeos de exterior en tus entrenamientos sólo por haberlo oído de “otros”?, ¿No es posible que alguien debido a sus circunstancias contextuales se haya construido dentro de una realidad en la que el golpeo de exterior le genere tanta o más eficacia que el golpeo de interior?

Del mismo, modo, ¿qué valiente se atrevería a decirle a David Beckham que al golpear las faltas debe de echar el cuerpo hacia delante y no hacia atrás como acostumbra a hacer?, ¿Seriáis tan suicidas por el simple hecho de no querer abandonar el confort de vuestros tópicos?

¿No será que aun habiendo posibles patrones referenciales preferentes (a potenciar desde la base), cada jugador se desarrolla idiosincrásicamente en torno la contextualización de sus posibilidades ambientales?.¿De verdad que vamos a anteponer nuestra presumible verdad a su eficacia adaptativa?.
Y lo peor no es cuando desajustamos individualidades, sino que pretendemos acomodar las particularidades grupales de todo el equipo a nuestra verdad y exigimos comportamientos tácticos rígidos, de nuevo guiados por la batuta del tan dañino tópico…
¡Presión tras pérdida! para todos, en cualquier lugar y momento, independientemente de las características del jugador en cuestión, sin tener en cuenta el potencial comportamental del jugador al que desde la banda chillamos despavoridos, sin detenernos a contemplar la posibilidad de que para cada jugador puede existir una mejor respuesta a esta situación…¿o es que la presión de Özil genera el mismo escenario que la de Gatusso?…entonces ¿por qué habríamos de pedir lo mismo al Alemán que al Italiano?

¡Cerramos en el saque de meta!, todos juntitos y a buscar segunda jugada..¿Por qué?, ¿No veis que un alto porcentaje de nuestros saques de meta jugados en largo otorgan la posesión al equipo rival?, ¿Por qué convertir una situación en la que tenemos ventaja (posesión) en un escenario en el que otorgamos mismas posibilidades de éxito al rival?,¿es esto un buen negocio?, ¿Os habéis planteado alguna vez abrir y separar al equipo y tal vez así asegurar el éxito del primer pase del portero?, ¿El miedo a perder esta segunda jugada y quedar desguarnecidos por tener mucho espacio entre jugadores es una realidad o una ilusión generada por nuestros tópicos?, ¿No existen más opciones que el cerrarse ante estas situaciones?…permítanme cuestionármelo…

Y todo esto oscurece todavía más nuestra práctica cuando nos empecinamos en hablar de posibles COMPLEMENTARIEDADES…asociaciones de jugadores previamente estipuladas, como aquel mediocentro defensivo que debe ser compensado con un mediocentro más asociativo, aquel delantero rematador que no pueda existir sin un extremo de antaño, o aquel lateral generoso en el ataque nivelado por un opuesto en banda contraria…. Si esto es así…¿Qué espacio dejamos a la inteligencia y capacidad de adaptación de nuestros pupilos, a su innata capacidad de asociación?, ¿Qué margen de expansión otorgamos a los hábitos y comportamientos deseados por nuestra realidad?, Actuar acorde a estas limitaciones de pensamiento…¿favorece o limita el rendimiento de nuestras relaciones?

Así, ante la enorme problemática e incertidumbre generada en mis actuaciones por estos como simple muestra de algunos de los muchos posibles ejemplos de tópicos condicionadores, me veo en la obligación de autorpreguntarme…

¿No será que por querer Buscar la eficacia en comportamientos lineales y explicaciones dogmáticas estemos ahuyentando a la concepción sistémico compleja del juego?
¿No será que por querer ser o aparentar estar, a veces restamos, desentrenamos o simplemente dejamos de sumar…?
Cambiar nuestro mundo, requiere cambiarnos a nosotros mismos. Acepto un estrecho espacio para la melancolía, pero no para el miedo, pues la vida es constante cambio y si mejorar es cambiar, no podemos aspirar a la “perfección” sin cambiar a menudo, pues el que se queda parado, es el que se retrasa, el absurdo águila que prefiere morir a disfrutar 30 años más de maravillosas tardes futbolísticas.

¡Un fuerte abrazo amigos!

Si quieres saber más sobre el tema:

http://www.futbolcontextualizado.com/compra_libro.html | Desmontar al Mito…o cómo renovar nuestro Fútbol