LAS 6 NECESIDADES DEL DEPORTISTA (4 de 5)
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La cuarta necesidad del deportista es su necesidad de conexión y de pertenencia. Pero aquí está el problema: si estás ofuscado en ser significativo y único (necesidad número 3), eso te hace diferente y te separa de la gente. Todas las estrellas y celebridades tienen el mismo problema: se sienten separadas del resto de las personas porque son tan diferentes y tan únicas, tan “especiales” que no tienen ese sentido de conexión, no sienten que pueden salir a la calle e ir de compras o al cine, porque todo el mundo les acosa y les dice cosas. Además tienen que comportarse de una manera específica, no pueden ser de “cualquier manera”. Así que todo esto “rompe” la conexión con los demás. Los deportistas que llevan la tercera necesidad hasta el extremo sufren el problema de perder la conexión con los demás y se sienten insatisfechos por no sentir el mismo nivel de integración con los demás.
Otra vez, existen diferentes maneras de satisfacer esta necesidad. La más obvia e inmediata para un deportista es formar parte de un equipo. Eso lo dota de conexión y de pertenencia, se siente parte de algo, conectado a sus compañeros. Esta es la razón por la cual los jugadores quieren jugar. Un jugador puede sentirse diferente y valorado por lo que es y lo que hace, pero tiene la necesidad de sentir que pertenece a algún sitio, que está conectado con otras personas. Y la manera más rápida y eficaz de satisfacer esta necesidad es formando parte de un equipo.
Otra manera de satisfacer esta necesidad por parte de los deportistas es en la vida privada. Estar con la familia, con los hijos, tener amigos o pertenecer a alguna asociación o entidad dan al deportista un enorme sentido de conexión. También ha habido –y hay– deportistas que experimentan esta necesidad de conexión a través de la espiritualidad sintiéndose conectado a algo más grande que ellos mismos y que el universo.
Hay muchas maneras de satisfacer esta necesidad, pero otra vez, el problema o la paradoja surge cuando llevamos tiempo formando parte de un equipo. Al principio de estar en un equipo, el deportista se siente emocionado, con ilusión y motivación. En una palabra, se siente significativo, importante (3ª necesidad satisfecha). Pero con el paso del tiempo lo que sucede es que el deportista empieza a sentirse menos importante porque no consigue atraer (por la razón que sea) el mismo nivel de atención que antes. Sí que se siente querido y apreciado en el equipo, pero no obtiene un nivel de satisfacción suficiente en su necesidad de sentirse importante.
Así que esto le provoca empezar a sentirse insatisfecho y empezar a hacer cosas para sentirse importante de nuevo. Pero cuando intentas reclamar importancia en un grupo, raramente la consigues. En verdad lo que el deportista está reclamando es: “Hey, quiero sentirme importante, quiero sentir que, de alguna manera, se me necesita en este sitio.” Pero la mayoría de deportistas (y personas) no saben cómo decir esto exactamente, así que empiezan a hacer cosas, tonterías generalmente que lo único que consiguen es ahuyentar a los demás, a la gente de alrededor. El secreto a la satisfacción de las necesidades radica en que cuando queremos satisfacer una necesidad, lo que tenemos que hacer es darla nosotros a los demás. Si hacemos a otra persona sentirse necesitada, importante y especial, es más que probable que esa persona nos haga sentir a nosotros de la misma manera. Dar aquello que queremos recibir o satisfacer es la mejor manera de satisfacer nuestras necesidades fundamentales.
Estas cuatro primeras necesidades podemos denominarlas como necesidades “fundamentales”. El nivel al cual podemos satisfacerlas varía de persona a persona y de deportista a deportista. Alguien puede satisfacer estas cuatro necesidades a un nivel 3 ó 4 en una escala de 0 a 10 y sentir dos cosas: uno, que no está satisfecho del todo, con lo cual no puede sentirse feliz; y dos, que tampoco está tan descontento como para cambiar su situación, es decir, que ya le está bien tener sus necesidades satisfechas a ese nivel.